Como parte de la XXI Cátedra Patrimonial Arturo Díaz Alonso, “Iniciativas empresariales de la economía social y solidaria”, se llevó a cabo el Panel de cooperativas de vivienda, un espacio de diálogo y reflexión que reunió a especialistas y actores sociales comprometidos con la construcción de alternativas habitacionales justas e incluyentes.
El encuentro tuvo lugar de 9:00 a 11:00 horas en el Auditorio Jesús Macías, ubicado en el Edificio V del Instituto de Ciencias Sociales y Administración (ICSA) de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ).
Entre los participantes destacó Juan Pablo Romero Reynaga, consultor para temas de comunidades y pueblos indígenas en el estado de Chihuahua, quien abordó el tema de las necesidades de vivienda para familias jornaleras agrícolas y comunidades desplazadas dentro del estado.
“El objetivo de esta ponencia es sensibilizar sobre las necesidades que los pueblos originarios, tanto del estado de Chihuahua como de otras partes del país, enfrentan al migrar hacia las ciudades por razones de trabajo, búsqueda de mejores condiciones de vida o desplazamiento forzado. A menudo, las instituciones y la sociedad civil no alcanzan a escuchar las necesidades reales de estos pueblos que llegan con una visión distinta de vida”, expresó Romero Reynaga.
El especialista compartió también algunos testimonios derivados de su investigación, entre ellos el de familias desplazadas de la Sierra Tarahumara hacia la ciudad de Chihuahua y el de una comunidad tlapaneca que migró desde Guerrero hacia el municipio de Jiménez, en el sur del estado.
“Son experiencias recientes que vale la pena visibilizar, porque muestran cómo estas familias buscan rehacer su vida en entornos completamente distintos”, señaló.
Romero Reynaga enfatizó que más allá de la sensibilización, es urgente implementar acciones concretas desde el gobierno y la sociedad civil para garantizar condiciones dignas de vivienda y seguridad a las familias desplazadas.
El fenómeno del desplazamiento forzado —añadió— afecta principalmente a comunidades de la Sierra Tarahumara, como Guadalupe y Calvo, Moris y Uruachi, cuyos habitantes se ven obligados a abandonar sus lugares de origen debido a la violencia o la presencia del crimen organizado.





