La Organización Mundial de la Salud (OMS) identifica que aproximadamente uno de cada 100 niños en el mundo tienen diagnóstico de trastornos del espectro autista (TEA), considerando cambios en el sentido de su interacción social y la comunicación; por otro lado el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), mide en nuestro país a la ceguera como la segunda discapacidad más reportada, sumando un diagnóstico de más de 2 millones de personas, de las cuales 145 mil son infantes.
Abordar ambos factores ES importantes contemplando el estudio de la maestra Angélica Martínez Moctezuma con el “Diseño de material didáctico a través de la multimodalidad para la enseñanza de las letras por medio de la sensorialidad para niños con comorbilidad asociada en discapacidad visual y autismo”.
La primera limitante de un proyecto de investigación puede ser enfrentarse a la falta de estadística en el campo de estudio, sin embargo en el caso de la maestra Angélica Martínez, esto fue el impulso para abrir la brecha en una necesidad poblacional. Martínez Moctezuma es diseñadora gráfica de formación y docente de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) desde 2009, la maestra en Estudios y Procesos Creativos en Arte y Diseño en 2016 y actualmente doctorante en Diseño, encontró en este proyecto un compromiso que trascendía su área profesional.
“Me empecé a empapar de temas que no tenían nada que ver con mi profesión… y ante el reto la pregunta llego, ¿Continúo con esto o tomo otro tema?, Pero el hecho de que yo conocía a los niños, que ya sabia que existía esta condición, respondió mis dudas… no puedo hacer como que no existe, quiero ver de qué manera desde el área del diseño se puede apoyar”.
Después de identificar esta condición y acercarse a espacios donde se les puede brindar atención como es el caso del Centro de Estudios para Invidentes, A.C. (CEIAC), el siguiente reto fue capacitarse, por lo que llevó a cabo diplomados, cursos y talleres para identificar las necesidades desde otra perspectiva y encontrar las metodologías para la elaboración de materiales de apoyo óptimos.
Más de dos años de estudio lograron concebir el trabajo de un material resistente, duradero y accesible, que busca ser una herramienta para padres, tutores y maestros. Una vez que fue posible identificar las primeras pruebas y trabajo de herramientas, se pudo desarrollar un material especializado para infantes con ceguera y diagnóstico autista, en un rango de edad de entre seis a diez años, aunque su diseño universal permite un uso más amplio.
“Cada módulo tiene cuatro canales de aprendizaje: reconocimiento del carácter, la identificación o la relación con el módulo del braille, la figura simbólica que relaciona al entorno, y la auditiva, al describir verbalmente la figura; la finalidad es seguir con la línea para que no nada más se queden las vocales, continuar probablemente con el abecedario, con el silabario, con los números y cualquier campo semántico”, explicó la investigadora.
Este mes, el Gobierno del Estado de Chihuahua, a través de la Secretaría de Cultura, por medio del Programa para Acceder a los Recursos Económicos que deriven del Estímulo Fiscal para la Cultura y las Artes del Estado de Chihuahua, entrego el reconocimiento «Eká 2025», a la maestra Angélica Martínez Moctezuma, en la categoría Investigación cultural y de humanidades.
“El proyecto está destinado a imprimir recursos, material didáctico, tanto para la institución CEIAC, como para padres de familia, educadores del centro y equipar el taller de materiales para recursos accesibles. Mi compromiso es seguir trabajando materiales, haciendo vínculos, crear un departamento de materiales, de diseño de materiales accesibles”.
La maestra compartió que el diseño puede hacer cambios significativos y atender necesidades específicas y aunque aún pueden realizarse muchas más adaptaciones y mejoras al material actual, la retroalimentación indica que: “Las primeras impresiones que he tenido de los niños han sido favorables, los educadores le dan muchas otras posibilidades de extenderse”.
Por ello es que la investigadora llama a la inclusión de cada disciplina interesada y a la comunidad universitaria a formar parte de este proyecto y aquellos que generen un cambio social.
“A mis alumnos yo les platico, el Diseño no nada más es dibujar o imprimir tarjetas de presentación, el Diseño puede proyectar y ayudar a la gente; trato de motivarlos, nuestra profesión es mucho más allá de lo visual”.