Cuando somos pequeños soñamos con la posibilidad de ser ‘alguien importante’ en la vida. A la par imaginamos que eso, a lo que nos dedicaremos, sea una actividad que nos brinde felicidad y nos permita desarrollarnos en lo personal y profesional. Brenda Areli Rodríguez Soto tiene 19 años, es alumna de uno de los programas en Ciudad Universitaria y supo, a los 10 años, cuál era la carrera a la que quería dedicarse el resto de su vida: diseño gráfico. Brenda, que también es pintora e ilustradora, tiene al frente un importante evento, al que llegó gracias a su talento con los pinceles sobre el lienzo.
“Desde los 7 años fui una niña muy visual y observadora. Cada que veía un anuncio, los colores, todo eso me llamaba la atención. No tenía conocimiento del trabajo que había detrás, pero era algo que me atraía. Más adelante les dije a mis papás que me gustaba dibujar, yo les enseñaba mis cuadernos que estaban llenos de dibujos. A los 10 años ya buscaba información sobre las carreras de la UACJ, quería saber sobre las licenciaturas y el diseño gráfico me llamó la atención”, cuenta Brenda Areli en entrevista -telefónica- para Gaceta Universitaria.
Brenda comenta que, en gran medida, esa atención dirigida hacia nuestra Universidad fue gracias a que sus hermanos mayores, Uriel y Paola, ya estudiaban Música y Literatura Hispanomexicana respectivamente. Originaria de Ciudad Juárez, la joven agrega que buscaba seguir los pasos de su hermano y hermana. Y aunque sabía que el dibujo era parte de las artes plásticas, el diseño gráfico hizo de las suyas: “Sabía sobre Artes Visuales, pero no me veía como artista plástica. Las redes sociales, la publicidad, el diseño, eso sí que iba acorde a mi personalidad. Entre más investigaba y platicaba con personas que conocían de la carrera, más me enamoraba de ella. Llegó el momento, me inscribí y no me arrepiento de mi decisión”.
Próxima a enrolarse al cuarto semestre, Brenda dice que la carrera la sorprendió desde el primer día; que los docentes y estudiantes que conoce son personas capacitadas, inteligentes y muy interesantes: “He conocido a mis mejores contactos y amistades en CU, campus del que estoy enamorada. En cuanto a las clases, estoy muy contenta, aprendo bastante, me desenvuelvo muy bien, puedo mostrar mi trabajo sin problemas y recibo muy buena retroalimentación”.
Alumna con beca de excelencia, Brenda comenta que a principios de año pensó en realizar una exposición de sus trabajos…nunca imaginó que la oportunidad le llegaría por la puerta grande: “No hace mucho me contactó una gestora artística y cultural de nombre Ángela Cervantes. Un contacto en común le dijo que yo pintaba, ella se interesó por mi trabajo, me llamó y me dijo que preparaba una exposición con varios artistas. Le envié información de mi obra y me dijo ‘nos gusta, queremos que participes, nos pondremos en contacto’ y así comenzó todo”.
Un buen día, Brenda recibió un correo electrónico donde le informaban que era una de las elegidas para exhibir su trabajo en la exposición “El arte de dar vida”, a beneficio de la Asociación Mexicana de Reproducción Asistida A.C., a llevarse a cabo en la Ciudad de México el 28 de noviembre. A sus 19 años, la alumna de Diseño Gráfico puede decir con orgullo ser la expositora más joven de un grupo compuesto por 22 artistas originarios de varias partes de la República y de países como España y Argentina.
“Me emocioné mucho cuando recibí el correo. Presentaré dos obras, una es la que me pidió la asociación con el tema de la exposición y otra más que ya tenía lista. Hice la pintura a partir de lo que me informaron y de pláticas que tuve con Ángela”, dice Brenda Areli emocionada al recordar aquel momento. Elaborada con la técnica de acuarela, la futura diseñadora gráfica cuenta un poco acerca de su pintura: “Mi obra se llama Metamorfosis, es una representación de la diosa azteca Coatlicue, diosa terrestre de la vida y la fertilidad, uno de los temas de la exposición. Mi trabajo regularmente alude a figuras del universo entonces plasmé al sol para enfatizar la vida. Considero que el componente más importante es la paleta de colores, en morado y degradados de ese color. Lo elegí porque se asocia a lo sexual y a lo femenino”.
Conocedora de la técnica, pero sobre todo segura de su trabajo y experiencia, Brenda agrega que la segunda pintura la realizó para una materia de segundo semestre: “La otra pintura es una representación de un ente femenino que surge del universo, también en acuarela. Fue un trabajo que presenté para la clase de Bocetaje e ilustración del profesor Rafael Garza. Mi técnica la mejoré mucho en esa clase, me emocionaba asistir a ella, ha sido de mis favoritas”.
Admiradora de la obra de Remedios Varo y Salvador Dalí; del trabajo de Rodolfo Baquier -egresado de la UACJ- María Luisa Pacheco, Edna Suzana, Pilopida, Cat Barrera y Dr. Alderete, Brenda agrega que tiene como objetivo combinar el trabajo artístico con aquel que es propio del diseño. Su entorno, las personas que la rodean, los colores que percibe, los momentos que vive, son la materia de mayor influencia: “No tengo algo específico que me influencie, simplemente llegan esos momentos, los aprovecho y trabajo los temas que siento puedo explotar”.
Y mientras llega el día de su exposición, a la que espera asistir siempre y cuando las condiciones actuales de la contingencia sanitaria se lo permitan, Brenda Areli toma sus clases en línea y se dedica a trabajar en sus proyectos profesionales, que dieron origen a sus dos empresas en las que puede dar rienda suelta a su imaginación y conocimientos en diseño: “Tengo dos negocios, de ilustración y de pintura: BrendArt, donde trabajo dibujo y pintura tradicional, y Arelustra, que es de creación y contenido digital. Para mi futuro académico deseo un intercambio nacional o internacional, quiero conocer otras culturas, me ayudaría mucho para mi formación. En algún momento deseo generar mi propia marca de ropa y contar con un local”.
Antes de concluir la entrevista, Brenda Areli no olvida a quienes le ayudan, día con día, a ser mejor estudiante y persona. Sabe que su familia ha sido base esencial para su crecimiento: “Siempre le agradeceré a mi mamá y papá. Recuerdo que los levantaba muy temprano para que me llevaran a los cursos de Artes y Oficios, a las clases de la Universidad Infantil. Nunca me negaron algo referente a mi educación, siempre respetan mis decisiones. A Paola y Uriel, mis hermanos, porque siempre me otorgan las herramientas y, con su experiencia, me ayudan a tomar las mejores decisiones. También agradezco a Ángela, que me invitó a la exposición, la admiro por su trabajo en materia de psicología y gestión cultural. Ella siempre ayuda a los demás. Por ellos quiero ser siempre una mejor persona, sacar lo mejor de mí”.