Como parte de los trabajos del Seminario Permanente Fronteras de la Literatura Infantil Juvenil, se desarrolló la conferencia “La literatura infantil y juvenil con perspectiva de género en contextos de violencia” a cargo de la doctora en Humanidades, Ana Laura Ramírez Vázquez.
Cabe destacar que la ponente, quien es egresada del programa de Literatura de la UACJ, es cofundadora del espacio de intervención Biblioteca Independiente Ma’ Juana de Ciudad Juárez.
En la plática, la cual se desarrolló en un marco virtual, Ramírez Vázquez resaltó el trabajo académico que surge en el 2013, donde la profesora Susana Báez, promueve por primera vez en la ciudad la lectura como una herramienta de intervención contra la violencia infantil-juvenil.
La conferencista destacó que como parte del círculo de académicos que conformó la docente Báez, se tuvo en sus inicios la participación de alumnos de los programas de Psicología, Educación y Literatura del Instituto de Ciencias Sociales y Administración de la UACJ.
Destacó que la literatura infantil-juvenil con perspectivas de género requiere que los implicados en trabajarla conozcan las etapas de desarrollo físico, psicológico y social del usuario.
Hizo referencias a los textos “Niñez en movimiento del adultocentrismo a la emancipación”, donde se habla de las violencias adultistas dirigidas de arriba hacia abajo.
Otro texto que citó fue “Autocentrismo y género como formas negadoras de la cultura infantil”.
Así mismo, la ponente destacó que para intervenir se debe considerar el comportamiento de cada niño acorde a su edad y sus derechos básicos. Analizar y comprender su contexto sociocultural e identificar los factores de discriminación que enfrentan.
Sostuvo que la perspectiva de género defiende el derecho a una vida libre de violencia a niños, adolescentes y mujeres.
Por su parte Susana Báez recordó los primeros trabajos que se dieron en esta materia donde se llevó la lectura al transporte público, parques y colonias marginadas de la ciudad como Lomas de Poleo, Guadalajara Izquierda y Anapra, entre otros espacios públicos.
En conclusión se dijo que la Literatura Infantil-Juvenil requiere que sea vista como política pública.