En un mundo donde la igualdad sigue siendo una batalla diaria, el reconocimiento de quienes han dedicado su vida a esta causa cobra un significado especial.
Como parte de la conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, el municipio de Juárez, en sesión de cabildo, entregó la Presea Kirá a la doctora Elsa Patricia Hernández Hernández, catedrática y coordinadora de la Maestría en Estudios Interdisciplinarios de Género de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ).
Más que un premio individual, este galardón es un símbolo de la lucha colectiva de mujeres que, con valentía y convicción, han desafiado estructuras injustas y han construido caminos hacia un mundo más equitativo y libre de violencia.
Para la doctora Hernández, este reconocimiento es el reflejo de un esfuerzo compartido.
De reportera a maestra: una vida dedicada a la justicia
La doctora Elsa Patricia Hernández inició su carrera como periodista, profesión que ejerció durante 13 años.
En ese tiempo, recorrió las calles, escuchó historias y documentó realidades que reflejaban la desigualdad de género y la violencia sistemática que enfrentaban las mujeres en Juárez.
«Creo que conocí lo que es la ciudad a partir de ahí. La Universidad me ofreció autonomía y espacio para reflexionar, para investigar y profundizar», mencionó.
Desde su labor en la Universidad, la doctora Hernández ha impulsado políticas para erradicar la violencia de género. Uno de sus mayores logros ha sido la creación del Protocolo para la Prevención, Atención y Sanción del Hostigamiento y Acoso Sexual, una herramienta clave para garantizar espacios libres de violencia en la comunidad universitaria.
Este protocolo, junto con la formación de la Unidad de Género, representa un avance significativo en la protección de los derechos de toda la comunidad universitaria de esta casa de estudios.

Un premio con un mensaje poderoso
La Presea Kirá no solo reconoce la trayectoria de la doctora Hernández, sino que también invita a reflexionar sobre los desafíos que aún persisten.
«Los desafíos siguen siendo muy grandes. Este tipo de ceremonias y de rituales nos obligan a pensar en aquellas mujeres que aún no tienen la plenitud de derechos que deberían tener», enfatizó.
Además, este reconocimiento tiene un significado especial para sus estudiantes, quienes han sido una fuente de inspiración en su labor. «En el caso de mis estudiantes de distintas generaciones, sus expresiones han sido verdaderamente conmovedoras. Saber que había personas que creían que era merecedora de esto, en realidad fue muy bonito».
Este premio, más allá de ser un logro personal, simboliza la resistencia y el esfuerzo de muchas mujeres que, día a día, trabajan por una sociedad más justa. «Voy a recibir la presea, pero este es un logro colectivo y también un recordatorio de que aún queda mucho por hacer».