El profesor investigador especializado en geología en la Universidad de Texas en El Paso (UTEP), Richard P. Langford, impartió el 21 marzo a la comunidad de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) la historia geológica del Río Bravo en el marco de la tercera edición de la Semana Mundial del Agua.
Langford compartió datos acerca de cómo los movimientos de las placas tectónicas han ido dándole forma al valle del Río Grande, así como los antecedentes en la última glaciación del afluente.
Según el catedrático egresado de la Universidad de Utah, el río es una fisura milenaria que se extiende desde el estado de Colorado, en Estados Unidos, hasta llegar a las entidades vecinas del Golfo de México. Por lo que, al encontrarse activa, nuestra región no está exenta de que trascienda un fenómeno geológico de gran magnitud.
Además, detalló sobre las constantes inundaciones provocadas por el desbordamiento del cauce del río, la cual propició que en 1899 representantes de la nación y de la Unión Americana consideraran conveniente crear un canal que desviara el cauce del agua y facilitara su desemboque sin generar nuevas riadas.
A este canal se le denominó la Isla de Córdova, fracción que quedó materialmente unida a la ciudad de El Paso, Texas, y separada de Ciudad Juárez, Chihuahua.
Actualmente se encuentra ubicado en la parte norte de la ciudad, en la margen izquierda del Río Bravo, en los terrenos que ocupa el parque Chamizal, ya que a nivel mundial se popularizó este antecedente al ser primer territorio que donan los norteamericanos.
La doctora Judith Virginia Ríos Arana, adscrita al departamento de Ciencias Químico-Biológicas de la UACJ y miembro del The One Water Cluster (OWC) en UTEP, se encargó de moderar el evento, el cual se desarrolló en el auditorio del edificio G-1 del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICB).
Ríos Arana subrayó que “todo está conectado”, es decir, “desde la antigüedad, las grandes ciudades, la civilización floreció en los márgenes de los ríos, en los lugares donde hay agua o un lago”.
Es por ello que mencionó que los biólogos han determinado que “sin agua no hay vida”. Entonces, “el tipo de vegetación, las adaptaciones tanto de plantas como animales van a estar relacionadas al entorno con la disponibilidad de agua, de nutrientes y al clima”.
También, agregó que el área química determina los nutrientes y minerales con los que cuenta este elemento vital, mientras que los ingenieros especializados en el agua se dedican al proceso de tratamiento para el consumo humano, así como para el riego.
En la ponencia se contó con la presencia de alumnos de diversos programas, como Biología, Química, Químico Farmacéutico Biólogo y Biotecnología.