*Berenice Rodríguez Rubio, ponente de la conferencia
Recientemente, se ha vuelto común escuchar a la gente hablar de relaciones “tóxicas”, o incluso de referirse a la gente como “el tóxico” o “la tóxica”, debido al comportamiento dependiente o posesivo que suelen presentar con su pareja sentimental.
Sin embargo, para Berenice Rodríguez Rubio, ponente de la conferencia ¿Quién es el tóxico en mis relaciones? Mi pareja, hijos, jefe, amigos, ¿YO?, tales comportamientos, de falta de amor, o incluso de desconfianza, pueden desbordarse en otras áreas de la vida y dañar el modo de convivencia con los demás, e incluso ocasionar un desgaste emocional en la persona que solo se permite pensamientos negativos.
Explicó que la raíz del problema donde una persona se siente necesitada de atención, enojada o que no quiere expresar sus sentimientos por temor a ser lastimada, radica en lo que recibió, o le faltó, de pequeño, en aquello que le fue dado y negado durante su crecimiento.
Tal falta, lo hizo generar ciertos mecanismos de sobrevivencia que le ayudan a esquivar aquello que lo lastima.
“De esa forma aprendió a crecer, a enfrentar su vida. Por eso es importante identificar cuál es esa barrera que desarrolle, porque eso me lleva a un veneno, que nutre mis relaciones. Y ese veneno va a ser el comportamiento que busco repetir constantemente en mí, o en el otro. Voy a hacer todo porque en mi entorno me siga otorgando dicho veneno, porque es lo que yo conozco”, comentó la ponente.
Rodríguez aclaró que una relación tóxica no se centra únicamente en una relación de pareja, sino también en la forma de convivencia con los amigos, con los compañeros de trabajo, con la familia, o hasta con uno mismo.
Regularmente, las personas que viven en una relación tóxica suelen sentir que no son valiosas, merecedoras de algo, o hasta llegan a creer que no son suficientes para alguien más.
La ponente comentó que alguien necesitado de amor es capaz de aceptar cualquier muestra de afecto que le den con tal de llenar el vacío que siente en ese momento, lo que ocasiona que dichas personas sigan cayendo en el mismo patrón, simplemente porque no están acostumbradas que les demuestren cariño sincero, “siguen apostando por aquellos que las alimentan, pero no logran satisfacer sus necesidades”, añadió Rodríguez.