Notas de danzón llenaron el Café Universitario del Centro Cultural de las Fronteras (CCF) el día de ayer, en la muestra final del taller de danzón impartido por la maestra Elizabeth Flores.
Diez y ocho fueron los alumnos que mostraron a los asistentes al evento sus mejores pasos de baile, mismos que aprendieron durante varios meses bajo la dirección de la maestra Flores. Las damas lucieron vestidos en negro y traían consigo abanicos de mano, mientras que los caballeros iban ataviados de camisa guayabera en blanco y pantalón oscuro. Pulcros, sonrientes y concentrados, las parejas comenzaron el evento bailando al son de Mocambo.
Previo al inicio del evento, la maestra Flores comentó: “El danzón para adultos y jóvenes se abrió apenas este semestre. Iniciamos el taller a principios de octubre y logramos tener clase. Estamos muy contentos pues el fin de este taller es promover el danzón en el norte de México. La tradición danzonera existe en el centro y sur del país, pero acá en el norte hay poco”.
Zacatlán, Puñalada, Choca esos cinco y un danzón Pachuco, fueron el resto de las piezas musicales que conformaron el programa. “Las clases eran de dos horas por semana pero los alumnos me solicitaron una clase extra, para aprender más pasos. Estuvieron animados, contentos”, dijo la instructora, quien además agregó que no falta mucho para que el danzón sea reconocido como patrimonio cultural del estado de Veracruz.
“Tenemos chicos de 20 años y personas de 60 y más. Yo utilizo el método “Jalisco”, diseñado por un maestro danzonero de Guadalajara, registrado ante la Secretaría de Educación Público, magnífico. No hay muchos con esa estructura, me ha dado muy buenos resultados. Queremos tener clases por niveles el siguiente semestre”, dijo la maestra Flores e invitó a toda la comunidad a que se inscriba al siguiente taller, a iniciar en febrero de 2020.
Antes de finalizar el evento, los alumnos recibieron en manos de su instructora y del licenciado Blas García Flores una constancia que los acredita como bailarines de tan famoso estilo de baile, que tuvo su origen en Cuba y que con el tiempo se extendió a la República Mexicana.