Yair Ríos cuenta que cuando era estudiante de esta casa de estudios un amigo de su infancia sufrió un accidente, que lo llevó a perder su pierna izquierda.
Además del infortunio que eso representaría en su vida, en un entorno poco amigable para las personas con capacidades diferentes, se avecinaban gastos importantes para su familia.
En la búsqueda de una solución prostética para su camarada notó que los precios rozaban los 10 mil dólares, por ser manufacturadas en Estados Unidos, Alemania y Suiza.
Así que era tiempo de echar mano de lo aprendido en las aulas.
Yair estudió la Licenciatura en Ingeniería Biomédica en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) y la maestría en la Universidad de Texas en El Paso (UTEP). Hoy es un caso de éxito, al ser propietario de una empresa de manufactura aditiva que en tres años ha producido más de 1 millón de prototipos y conceptos innovadores a bajo costo.
¿Cómo nace la idea de apostarle al desarrollo biomédico?
“Con el accidente de mi amigo me di cuenta de que en la ciudad hacía falta crear y ofrecer tecnología médica, porque en el caso de la industria maquiladora, por ponerte un ejemplo, vemos que se dedica más a ensamblar que al desarrollo de diseños y tecnología”.
Cuenta que fue en la maestría cuando aprendió el valor de la manufactura aditiva, cuyo fin es permitirles a las empresas reemplazar piezas de metal pesado con piezas de plástico livianas, pero duraderas, elaboradas con impresoras 3D.
“Vi en esta tecnología una revolución industrial y comprendí lo que implicaba”, anota.
Pero, además, encontró en ella la oportunidad de ofrecer desarrollos biomédicos en la región, lo cual hace falta sobre todo en materia de prótesis (a precios razonables).
¿En qué proyecto trabajan actualmente?
“Este 2023 estamos cumpliendo tres años inmersos en la iniciativa privada y el proyecto insignia en el que estamos trabajando va de la mano del doctor Óscar Vizcarra, protesista, también egresado de la UACJ. Se trata de la fabricación de guías quirúrgicas y alineadores dentales”.
Esto ha sido muy bien recibido en el mercado, celebra el entrevistado, debido a la reducción en tiempos de entrega y a su alta calidad, en comparación con la competencia.
“En este momento estoy sosteniendo uno de los trabajos en los que hemos estado aplicando la tecnología de impresión 3D, un socket transtibial para un paciente (foto de portada)”.
Para su fabricación primero escaneó el muñón del usuario, seguido del proceso de la dimensión y, finalmente, la elaboración de la prótesis.
¿Por qué es importante promover esta iniciativa?
“La mayoría de las personas que están entrenadas en tecnologías de vanguardia usualmente tienen la oportunidad de irse de la ciudad. Creemos que podemos, desde esta frontera, hacer desarrollos competitivos a escala internacional. De ahí que nuestro equipo de trabajo está muy comprometido no solo con generar tecnología médica, sino con la comunidad”.
Yair y su equipo de trabajo tienen un convenio con esta casa de estudios para reclutar jóvenes practicantes, estudiantes de la Licenciatura en Ingeniería Biomédica, para entrenarlos a llevar la manufactura aditiva a otro nivel.
Para culminar la entrevista, se le pregunta cuánto costaría la prótesis hoy en día en su establecimiento, aquella que le adaptó a su amigo de la infancia, a lo que responde que 7 mil pesos contra los 10 mil dólares que le cobraban.
Recientemente, Yair Ríos celebró un convenio de colaboración con UTEP para el desarrollo de tecnología médica contra el cáncer gástrico y la Cámara de Comercio de Alemania lo becó para fortalecer lazos económicos con los empresarios más sobresalientes en la rama de la innovación.