El 24 de noviembre Said López Fuentes, de 22 años, estudiante de noveno semestre del Programa de Ingeniería Industrial y de Sistemas en el Instituto de Ingeniería y Tecnología (IIT) de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), se concentraba en sus deberes domésticos que se acaparaban en la recta final del año en curso.
La rutina, sin embargo, estaba a punto de romperse con la vibración discreta de su teléfono móvil. Un mensaje, por parte de su entrenador en jefe, Alfredo Martínez Navarrete, no era una indicación de entrenamiento, ni un recordatorio. Se trataba de la notificación oficial en la que se subrayaba que, tanto él como el coach Navarrete Martínez, habían sido convocados para integrar la Selección Norte en la XLIX edición del Tazón Azteca, uno de los encuentros más emblemáticos impulsados por la Organización Nacional Estudiantil de Futbol Americano (ONEFA).
“Genuinamente me encontraba haciendo deberes de mi hogar”, recuerda Said, aún con la serenidad que lo caracteriza, pero con una chispa de emoción contenida en la mirada. “Hasta que fui notificado mediante ese mensaje del coach Alfredo. Me avisaba que fui seleccionado para ser parte del Tazón Azteca”.
En ese instante, la trayectoria del liniero defensivo, capitán de los Indios de la UACJ y portador del jersey con el número #71, adquirió un nuevo y brillante capítulo. Lo primero que hizo, naturalmente, fue compartirlo con su familia.
“Ellos son mi principal motor, el motivo por el cual me esfuerzo y me dedico mucho a este deporte”, confiesa. “Representar a mi ciudad, con mucha disciplina, con todas las ganas y con la actitud de demostrar que fui seleccionado por algo”.
De un hobby a la Selección Nacional: Una trayectoria marcada por la pandemia
Para Said, este logro es la cristalización de un camino que comenzó casi por casualidad. “Principalmente entré al fútbol americano por hobby”, admite. “Pasar de un hobby a ser capitán y después de ahí seleccionado para representar mi ciudad a nivel nacional, es indescriptible. La mejor sensación”.
No obstante, ese camino no estuvo exento de baches. Un momento crucial, una “anécdota” que lo marcó, fue la pandemia del COVID-19. “Fue la oportunidad que me llevó hasta donde estoy ahora”, asegura. Su participación en ligas juveniles, donde ya se había enfocado con “disciplina total” al deporte y se había preparado rigurosamente, fueron abruptamente pausados.
“Me quedé con las ganas de demostrar la preparación que hice”, relata. Esa frustración, ese deseo insatisfecho, se convirtió en el combustible que lo impulsó con mayor determinación al llegar a los Indios de la UACJ, donde no solo encontró un equipo, sino una nueva familia y una plataforma para demostrar su valor.
La preparación: Mente abierta y cuerpo a punto
La concentración para el Tazón Azteca inicia estratégicamente el próximo 8 de diciembre de 2025 en el Estadio Banorte de los Borregos del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM). Frente a entrenamientos que anticipa serán “sumamente intensivos”, Said ya ha iniciado su propia preparación.
“Mentalmente, el enfoque es ir a aprender”, explica, destacando la humildad del atleta que siempre busca superarse. “Aprender de los mejores”. Físicamente, su rutina ya se ha ajustado: gimnasio, carrera y alimentación cuidadosa. Todo con un objetivo técnico claro. “Me gustaría fortalecer la velocidad y la explosión”, detalla, consciente del alto nivel del rival. “Es una selección muy fuerte y sé que sus linieros ofensivos son igual de fuertes. Quiero enfocarme en mi velocidad y en mi pasividad a la hora de desempeñar mi posición”.
Los colores de la UACJ en el escenario nacional
Llevar los colores de los Indios y, por extensión, de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez a un escenario como el Azteca, representa para Said una responsabilidad y un honor profundo. “Es indescriptible”, repite, encontrando en esa palabra el reflejo de una emoción que trasciende lo verbal. “La Universidad me ha apoyado en todo. Nada de esto sería posible sin ella. Me he dedicado totalmente a mi universidad, a mi preparación, tanto física como académica. Representar esto es representar lo que significa pertenecer a la UACJ”.
Ese sentimiento es compartido y amplificado por sus compañeros de equipo. “Están orgullosos”, comenta Said. “Ellos también son parte de este logro. Sin ellos no habría sido capaz. Me motivaban a ser mejor cada día, a levantarme temprano, a esforzarme”. En su visión, cada miembro del equipo es indispensable, y la convocatoria es un logro colectivo.
Un factor que añade, una capa especial de confianza a esta aventura, es que el coach Alfredo Martínez Navarrete también ha sido convocado para el cuerpo técnico de la Selección Norte. “Va a ser un pilar de apoyo indispensable”, valora Said. “Él sabe en qué áreas me puedo mejorar, ya que me ha visto entrenar a lo largo de este tiempo. Su apoyo va a ser fundamental”.
No es común que un programa relativamente joven como el de los Indios logre colocar a miembros tanto en el campo como en el staff técnico. Para la UACJ, esto significa consolidación, presencia y reconocimiento.
“En lo personal es muy satisfactorio”, confiesa el coach Martínez, con la calma de quien ha visto crecer un proyecto desde sus cimientos. “Un llamado a la Selección Nacional siempre es un logro muy, muy importante en la carrera deportiva de cualquier entrenador y también del jugador”.
Pero su mirada va más allá del logro individual; se expande hacia el equipo que deja temporalmente en Juárez. “En el ánimo del equipo, pues muy contentos por su compañero, y la motivación de todos los muchachos que en algún momento llegarán a ser convocados”.
Su inclusión en el cuerpo técnico de la selección no es casualidad. Es el reconocimiento tácito a un trabajo meticuloso. “Es una consideración importante por parte del head coach, Carlos Altamirano, del Tecnológico de Monterrey”, explica. “Estuvimos jugando con ellos en un juego de pretemporada y ya había visto, pues ya en vivo, nuestro trabajo. Se agradece la convocatoria, ya que queda totalmente a criterio de él la designación del staff”.
Said destaca de él y del cuerpo técnico de los Indios, la “fortaleza” y la “tenacidad”, así como la capacidad de respuesta ante la adversidad y la vasta experiencia acumulada.
Mientras que al hablar de su defensive end convocado, la voz del entrenador Alfredo se llena de un orgullo técnico. Recuerda momentos de puro impacto. “Creo que un partido tuvo tres sacks. Eso es muy importante para la posición de Said, que es en defensivo. Tuvo partidos con dos sacks, siempre estuvo presionando a los quarterbacks rivales”.
Pero quizás el mayor elogio que puede recibir un jugador defensivo es la atención especial del rival. “Fue reconocido… era visto que el scout de los equipos contrarios estaba trabajado en base a contra de él, en su posición”, revela el entrenador. “Y eso es importante. O sea, es un jugador importantísimo en la defensa”.
Esa capacidad de alterar los planes ofensivos del oponente es el sello de un jugador de nivel nacional. Para el coach Martínez Navarrete, esta convocatoria tiene un sabor especial. “Para mí es muy importante. Gracias a Dios, yo ya he estado en dos Tazones Azteca con la selección de Estados Unidos, y esta es la primera vez que soy convocado para la Selección Mexicana. Es un orgullo, muy importante, es un logro personal muy significativo”.
Empero, como buen líder, inmediatamente dirige el mérito hacia su equipo y su institución. “Pero quiero que este logro sea reconocido para mi staff también, porque el staff de coaching es muy importante en el equipo, han hecho una gran labor. Y, sobre todo, esto no podría ser posible el proyectarnos si no tuviéramos el apoyo institucional de la universidad, que este año fue magnífico”.
Mirando hacia adelante: Un cierre de ciclo y un nuevo comienzo
Con la perspectiva puesta más allá del duelo en el emblemático Estadio Wilfrido Massieu del Instituto Politécnico Nacional (IPN), sede del enfrentamiento final, Said visualiza el futuro con claridad. “Después del Tazón Azteca, me gustaría acabar mi elegibilidad aquí con los Indios de la UACJ por todo lo alto, siendo una fortaleza en la defensa”, anuncia. Paralelamente, está próximo a culminar su vida académica para dedicarse “totalmente a mi profesión” como Ingeniero Industrial.
Aunque disfruta profundamente el proceso deportivo, no se visualiza en un camino profesional más amplio en el deporte después de este evento cumbre. Prefiere enfocar sus energías en su desarrollo profesional, cerrando así con broche de oro una etapa que definió su carácter.
Un mensaje de gratitud para los que estuvieron siempre ahí
Al final del recorrido, preguntando por el mensaje para quienes lo han acompañado —familia, amigos, compañeros y la afición de la UACJ—, Said López Fuentes, el liniero defensivo que pasó de las tareas en casa a la Selección Norte, responde con una sencillez cargada de convicción:
“Muchas gracias por todo su apoyo, por todo su compromiso. Sin ustedes nada de esto habría sido posible. Y que estoy más que listo para representarlos a todos: a Juárez, a la Universidad. Que nada de esto sería posible sin ustedes”.
Con estas palabras, y con el número #71 de los Indios en su espalda, Said se alista para convertir la convocatoria recibida entre deberes académicos en una gran historia.
Itinerario de concentración y enfoque
El camino hacia el duelo nacional está trazado con precisión militar. El coach Martínez detalla el itinerario: “Estamos citados en Monterrey el lunes 8 de diciembre, y practicaremos ahí hasta el miércoles 10 de diciembre. El jueves 11 de diciembre partimos en la mañana a la Ciudad de México; se tienen contemplado prácticas por la misma tarde del jueves y hasta la del viernes 12 de diciembre. Y el sábado13 de diciembre, a las 11 de la mañana, será el Tazón Azteca: la Selección Norte contra la Selección Sur”.
Este año, el formato cambia, pero no la importancia. “Este año no es contra una Selección de Estados Unidos, como ha sido habitualmente, pero es muy importante igual el que se te contemple como jugador y como coach, porque de aquí vienen… pueden venir futuras convocatorias para los jugadores. Sobre todo, eso es lo que buscamos: El desarrollo de los muchachos”.
Un proyecto que, desde Ciudad Juárez, está demostrando que, con disciplina, apoyo institucional y una filosofía centrada en la persona, se puede construir no solo buenos atletas, sino ciudadanos de alto rendimiento listos para dejar su huella, ya sea en el Tazón Azteca o en cualquier otro campo que la vida les presente.
