Por semanas, las maquetas siguieron apareciendo en los pasillos del Instituto de Arquitectura, Diseño y Arte (IADA) de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. No era época de entregas. El semestre parecía haber terminado, pero algo distinto se estaba gestando.
La Mtra. María Angélica Rodríguez Herrera, coordinadora de la materia de Taller de Arquitectura II, lo recuerda con claridad.
“Yo los veía llegar con maquetas y me preguntaba: ‘A ver, espérenme tantito… ¿qué no se supone que ya acabamos el semestre?’”.
Eran estudiantes del Taller de Arquitectura II. Jóvenes que, más allá de las calificaciones, estaban diseñando algo que iba mucho más lejos que un ejercicio académico: un espacio digno, sensible y necesario para niñas y niños con autismo en Ciudad Juárez.
El origen de este proyecto no estuvo en las aulas, sino en una urgencia social. La asociación de reciente creación Somos Autistas Juárez A.C., integrada por madres y padres de familia, buscó el respaldo de Fundación Integra, una institución con años de experiencia en la atención a personas con discapacidad, para dar forma a un sueño largamente postergado: construir un centro especializado para la atención de personas con neurodivergencia en el suroriente de la ciudad.


Fundación Integra, como en otras ocasiones, recurrió a la UACJ y la respuesta fue inmediata.
“Los alumnos diseñaron este proyecto para Lesli Sharon Molina Urrieta, fundadora de Somos Autistas Juárez A.C., que será un centro de atención para niños con autismo. Nosotros la acompañamos porque ya vivimos la experiencia de nuestro propio centro”, explicó Cristina Dozal Durán, directora de Fundación Juárez Integra.
Laura Antillón, representante legal de Fundación Integra, recordó que, incluso, el logo de la Fundación fue creado por alumnos del IADA hace 23 años.
“Este talento debe ser para el beneficio de la comunidad. Esto que ustedes trabajan es una necesidad muy sentida”, expresó.
También compartió una cifra alarmante: en Ciudad Juárez, 1 de cada 115 niños presenta autismo, mientras que en Estados Unidos es 1 de cada 34.
“Eso nos dice que vamos a necesitar varios centros”, advirtió.
Entre planos desplegados, maquetas cuidadosamente montadas y miradas expectantes, el IADA se transformó por unas horas en un territorio de diálogo entre la academia y la causa social. Ahí, en ese escenario, el pasado martes 2 de diciembre se presentaron los proyectos de los estudiantes de tercero, cuarto y quinto semestre de Arquitectura, integrantes del Taller de Arquitectura II.
“En esta actividad participamos los cuatro grupos de Taller de Arquitectura II, presentando los trabajos que los alumnos desarrollaron durante el semestre agosto-diciembre de 2025. En esta ocasión contamos con la presencia de las directivas de Villa Integra y de la Asociación Somos Autistas Juárez, A.C. Este ejercicio académico se llevó a cabo en respuesta a la solicitud planteada por la asociación”, explicó la Dra. Judith Gabriela Hernández Pérez, docente investigadora del Departamento de Arquitectura.
El reto, diseñar una escuela para niños con autismo, respondiendo a las necesidades reales de una población históricamente invisibilizada.

Casi cien estudiantes aceptaron el desafío. Organizados en equipos, dieron vida a 28 proyectos que tomaron forma en planos, maquetas, renders y propuestas conceptuales. De ese universo creativo, fueron seleccionados dos proyectos por cada uno de los cuatro grupos de Taller II, mismos que llegaron hasta la mesa de decisión de Fundación Integra y de Somos Autistas Juárez A.C., donde serían evaluados no solo por su estética, sino por su impacto humano.
“Este tipo de proyectos es muy importante porque vincula a los alumnos con la comunidad, los sensibiliza ante necesidades reales y fortalece su formación académica al trabajar con personas que enfrentan estas realidades todos los días”, destacó la Dra. Hernández Pérez.
La Mtra. Rodríguez Herrera subrayó el valor formativo del ejercicio:
“Estos proyectos les ayudan muchísimo a ustedes. Ya están sensibilizados ante muchas cosas que otras personas puedan estar viviendo. Me da gusto ver que desde tan temprano en su carrera se les empieza a sensibilizar de una manera más profunda”.
Agradeció también la confianza de Fundación Integra en la UACJ y el compromiso de los docentes de Taller II, pero sobre todo reconoció a los estudiantes:
“Quien desarrolla sus habilidades en arquitectura muchas veces es por decisión propia. El que ustedes decidan ir más allá, es algo personal. Este es un proyecto tan bonito en el que los chicos realmente se pueden involucrar”.
Durante el proceso, los estudiantes recorrieron las instalaciones de Villa Integra. No diseñaron desde el escritorio, sino desde la observación directa, desde las carencias, desde la convivencia con quienes todos los días luchan por la inclusión.
“Muchas veces los proyectos de los estudiantes se quedan solo en idea. Aquí la intención es que realmente ellos vivan todo el proceso y lo lleven hasta un punto cercano a la realidad”, explicó la coordinadora del programa.
El objetivo institucional, subrayó, es formar arquitectos críticos, sensibles y socialmente responsables. Y este proyecto lo logró.
Centro Neurovive: el proyecto ganador
Tras una deliberación compleja, por la calidad de todos los trabajos, se eligió al proyecto ganador: Centro Neurovive.

Fue reconocido por su enfoque integral hacia la neurodivergencia: áreas de calma, salas recreativas, pisos con elementos de contención, colchones para enfrentar crisis, aislamiento acústico, diseño accesible, vegetación estratégica y un enfoque sensorial completo. Además, el equipo elaboró un folleto explicativo que facilitó la evaluación del proyecto.
Lesli Sharon Molina Urrieta, fundadora de Somos Autistas Juárez A.C., fue quien anunció el resultado:
“Este proyecto tiene bien claro qué se necesita para las personas neurodivergentes. Escucharon las necesidades. La decisión estuvo muy reñida, pero el ganador es Neurovive”.
El equipo ganador estuvo integrado por Diana Abigail Nevárez Salas, Claudia Gutiérrez Martínez y Evelyn Ariadna Rangel, estudiantes de Arquitectura.
Diana explicó que al iniciar sabían muy poco sobre el autismo.
“Después de investigar entendimos que es un espectro muy amplio. Fue complicado diseñar algo que pudiera atender a muchas personas, no solo a los niños, sino también a sus padres”.
El proyecto se desarrolló en tres meses, la mitad del semestre.
“Es algo que en infraestructura no tenemos mucho en la ciudad y que nos hace considerar a otras personas con las que normalmente no tenemos contacto”, reflexionó.
Claudia, por su parte, expresó:
“Fue muy difícil, tuvimos que meternos de lleno a investigar y atender esas necesidades, pero estamos muy satisfechas con el resultado”.

La historia detrás de Somos Autistas Juárez A.C. es profundamente humana. Lesli Sharon Molina es maestra de educación especial y madre de tres niñas con neurodivergencia. Una de ellas fue diagnosticada con autismo a los cuatro años.
“El acceso a un diagnóstico fue muy difícil para nosotros por temas económicos. La mejoría de vida con un diagnóstico temprano es inmediata”, relata.
La asociación surge tras vivir la discriminación de cerca, cuando su hija fue rechazada de un colegio por su condición. Hoy, la organización atiende a 35 niños en casa y trabaja en colonias del suroriente como Tierra Nueva, Parajes de Oriente, Riberas del Bravo, El Sauzal y hasta el Valle de Juárez.
“Pensamos que luchamos solos, pero cuando vemos a jóvenes interesados en construir desde el corazón, eso nos mueve”, dijo con emoción.
Lo que sigue: tocar puertas
Actualmente, la asociación gestiona con el municipio la donación de un terreno para construir el centro.
“Estamos en pie de lucha. Es desgastante ver que no hay espacios para atender a nuestros hijos. Pero no vamos a parar”, afirmó Lesli.
Hoy, el programa de Arquitectura de la UACJ cuenta con cerca de 1,400 estudiantes. Entre ellos, casi cien ya saben que su talento puede servir para mucho más que levantar muros: puede transformar realidades.
Este proyecto no solo dejó planos, maquetas y renders. Dejó sembrada una verdad luminosa: que cuando la universidad se encuentra con el dolor, la lucha y los sueños de la sociedad, la arquitectura también sabe abrazar, proteger y sanar.
Maestros que estuvieron al frente de los grupos que desarrollaron los proyectos para Somos Autistas Juárez A.C.

Arq. Nathan Sotelo; Arq. Carmen Ibarra; Mtra. Fabiola Rico; Dra. Judith Gabriela Hernández; Mtra. María Angélica Rodríguez; Arq. Josimar Bocanegra; Dr. Héctor Rivero; Arq. Alfredo Barbosa (en orden de izquierda a derecha).




