Después de rendir honores a la bandera en el estacionamiento de Rectoría este día, la banda de guerra y la escolta de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) abordaron un camión institucional que los condujo a la avenida Insurgentes, punto de partida del desfile cívico conmemorativo por el 215 aniversario del inicio de la Independencia de México.
Ahí, entre banderas tricolores, niños con cornetas y familias que aguardaban desde temprano a la orilla de las banquetas, los estudiantes de la UACJ formaron parte del contingente escolar, al lado de otras instituciones educativas, además de las corporaciones locales, estatales y nacionales.
La escolta, con gallardía y la banda, con el estruendo de tambores y cornetas, avanzaron por el corazón de la ciudad hasta llegar a la zona centro, bajo la mirada de autoridades locales, representantes del Ejército Mexicano y el rector de esta casa de estudios, el Dr. Daniel Constandse Cortez.
Disciplina y vocación de servicio


La escolta y banda de guerra de la UACJ está integrada por 30 elementos: 15 tambores, 15 cornetas, un comandante, una corneta de órdenes, seis integrantes de escolta, cinco guiones —uno por cada instituto universitario, incluyendo Ciudad Universitaria— y una banderola institucional.
Félix Grajeda Morales, quien dirige estas agrupaciones desde 1998, comparte con orgullo que su historia con la banda comenzó en 1993, cuando era estudiante de preparatoria.
“Siempre me llamaron la atención los uniformes y lo militar. Desde los 11 años estuve en el Pentatlón Deportivo Militar Universitario, donde fui adquiriendo disciplina. Al llegar a la UACJ, entré a la banda de guerra como corneta de órdenes, después fui comandante y, más tarde, tuve la oportunidad de asumir la dirección. Desde entonces aquí seguimos, con el mismo compromiso cívico”.
Los ensayos se realizan tres veces por semana, en el domo del Instituto de Ciencias Sociales y Administración (ICSA), a un costado de la megabandera.
“Es un espacio de disciplina, pero también de formación y camaradería”, añade Grajeda, convencido de que este trabajo mantiene vivo el legado cultural e histórico del país.
Entre los integrantes se encuentra Manuel Ornelas Morales, estudiante de la Licenciatura en Derecho en el ICSA y director de la Escuela Primaria Tierra y Libertad. Él toca la corneta en la banda desde hace cuatro años.
“Vi la convocatoria y me animé porque ya había estado en una banda de guerra. Aquí encontré algo más que una agrupación: somos como una familia. No solo hay formación disciplinaria, también hay amistad, apoyo mutuo y un espacio sano para superarnos como universitarios y como personas”.
Manuel destaca que la riqueza de este grupo está en su diversidad: estudiantes de distintos institutos, de licenciatura y preparatoria, unidos por la misma pasión. “Llegamos a ensayar, platicamos de nuestras clases, exámenes, familias y terminamos siempre con honores a la bandera, al final gritamos: ¡Indios!. Es un ritual que nos une”.
Sobre el significado de desfilar en una de las avenidas principales de Ciudad Juárez, reflexiona:
“No lo hacemos por los aplausos, sino porque representamos a la universidad y también a quienes nos dieron patria. Es una doble responsabilidad: hacerlo bien por ellos y por nosotros”.
Una invitación abierta
La banda y escolta de la UACJ renueva constantemente sus filas e invita a los estudiantes interesados a sumarse. “Aquí encontrarán disciplina, valores y, sobre todo, un grupo humano muy unido”, asegura Grajeda.
Para él, la enseñanza más importante de estos años es clara: “Pertenecer a la banda me ha hecho valorar aspectos invisibles en la vida cotidiana. Detrás de cada izamiento y cada servicio protocolario hay un esfuerzo colectivo. Eso nos enseña a poner nuestro granito de arena para hacer mejor a la universidad y a la sociedad”.
Con cada toque de corneta, cada paso marcial y cada grito de “¡Indios!”, la banda de guerra y la escolta de la UACJ refrendan su compromiso con los valores cívicos y con la identidad universitaria, recordándonos que la Independencia de México también se celebra en el corazón y la disciplina de sus jóvenes.