En el marco del programa PRONACE sobre Sistemas Socio ecológicos y Sustentabilidad del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (CONAHCYT) de México, se llevó a cabo la presentación de resultados del proyecto nacional para la creación de Observatorios Participativos Socioecológicos (OPSE).
Este esfuerzo tiene como objetivo dotar a las comunidades locales de herramientas y sistemas de gobernanza del agua que les permitan formular soluciones sostenibles a largo plazo en las zonas áridas del país.
Los Observatorios Participativos Socioecológicos (OPSE) están ubicados en diversas áreas geográficas de México, incluyendo la Reserva de la Biosfera de Mapimí (Durango-Chihuahua), el Valle de Guadalupe (Baja California), la Laguna de Bustillos (Chihuahua), la región de «El Tokio» (Nuevo León), la comunidad indígena Comcaac en Sonora, y la zona metropolitana de Chihuahua.
El OPSE de la Laguna de Bustillos es coordinado por el doctor Luis Carlos Bravo Peña, docente-investigador de la Licenciatura en Geoinformática de la División Multidisciplinaria de la UACJ en Cuauhtémoc.
Este observatorio colabora activamente con el Consejo de Cuenca Laguna de Bustillos-Laguna de los Mexicanos AC (CCLB-LM) en el desarrollo de diversas actividades encaminadas a la gestión sostenible del agua y el monitoreo socioecológico de la región.
Entre las principales actividades y resultados de este proyecto se encuentra la aplicación de metodologías y herramientas de trabajo participativo, como la recolección de datos socioambientales a través de la creación de “comunidades de aprendizaje”.
Estas comunidades permiten que los habitantes locales monitoreen la calidad del agua, la biodiversidad, el uso del suelo y otros indicadores clave del entorno socioecológico.
El objetivo es que no solo participen en el monitoreo, sino que también formen parte de un entorno de aprendizaje colectivo, orientado hacia la implementación de prácticas sostenibles y resilientes.
La idea se sustenta en un modelo de investigación-acción, donde se generan datos orientados a resolver problemáticas que priorizan las comunidades participantes.
Además, los observatorios cuentan con tecnología avanzada, como estaciones para monitoreo de clima, plataformas digitales para el monitoreo y la recolección de datos socioambientales, lo que ha mejorado significativamente en la precisión de la información disponible, facilitando la toma de decisiones para el desarrollo sostenible de la región.